Mi Historia

 

Por mucho tiempo quise complacer a los demás, escuchaba más lo que decían otros en vez de escucharme a mí y lo que realmente quería. Con el paso del tiempo me di cuenta eso no me estaba haciendo bien. Comencé a validarme a mí misma, leí libros, asistí a cursos, tome tiempo para entender un poco más de dónde surgía y desde dentro poder sanar. Comprendí que los errores son lecciones, los fracasos ayudan a valorar los éxitos, las relaciones fallidas me hicieron cuestionarme qué tengo que cambiar yo para la siguiente. Mas siempre viendo tanto lo bueno como lo malo como parte de un plan perfecto.

Al principio pensé,  ¿para qué compartir esto en público?  ¿no es esto algo para alimentar el ego? Después me invitaron a  una conferencia con más de 300 jóvenes a hablar sobre mi pelea con la gordura y algo se movió. Justo en frente de mí había una niña pasada de peso y sentía le llegaba mi mensaje. Me dije a mí misma, si a esa niña le sirvió de algo mi experiencia ya valió la pena pararme en el stage.

Luego la mente empezó, “pues sí, más implica mucho trabajo, no soy perfecta, tengo mil asuntos, trabajo, hijos que atender como para ponerme a andar haciendo estas cosas.” Lo dejé en paz. Algo dentro de mí me recordaba a esa niña en la conferencia, a mis alumnos y algunos padres de familia con los que en algún momento han compartido sus situaciones personales durante casi 20 años que llevo en la educación. Hasta que un día en un congreso en Londres de más de 300 instituciones educativas nos sentaron a personas de todo el mundo para hablar sobre el tema principal que aqueja a los alumnos a nivel mundial: los problemas mentales.

Pasó el tiempo, dejé el tema a medias. Entonces llegó febrero del 2020 y visité Nueva York. Una amiga querida de mi infancia nos invitó a ver Dear Evan Hansen, una obra que trata de temas de jóvenes donde hay falta de comunicación con los padres, depresión, mentiras, suicidio, entre otras cosas. Vuelve a presentarse el tema mental y me entra la pregunta, ¿será que si hago algo al respecto servirá de algo? El día siguiente visitamos The Vessel en Hudson Yards y pasó algo inexplicable. Un chico de tan solo 19 años se suicida a tan solo unos cuantos metros de mí lanzándose del 6to piso. Ver su cuerpo y escuchar el sonido del impacto en el suelo fue algo que no me dejó dormir por dos días seguidos.  

Ese para mí fue el parteaguas. Me dije a mí misma y a mis pensamientos, “aún teniendo oportunidades de crecimiento como persona, una responsabilidad para mis hijos de educarlos, alimentarlos, la vida diaria en casa, trabajo y reconocer que no soy perfecta aún así quiero hacer algo por los demás.” Si tan solo UNA persona es impactada o sanada por una historia ya me di por bien servida. Esto no es algo que hago por los likes, esto ya es por una convicción personal de poner mi granito de arena de alguna manera. Me olvidé del qué dirán, de los juicios, de esos siempre hay.

Sigo creciendo, también aprendiendo y ahora quiero compartir. Todo esto con el apoyo de Dios, universo, mentores, amistades muy valiosas, maestros, compañeras de cursos, familia y personas valientes que han decidido compartir su historia.

Aclaro que no soy profesional en estos temas más estoy aprendiendo y con mucho entusiasmo comparto. Gracias a los que han tocado mi vida y a los que me apoyan.

Liz Lowenberg

1 comentario

  • Que orgullosa estoy de ti, mi hermosa y querida amiga!! Vamos por el camino…

    Nelly González

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